PCM – Material de cambio de fase

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Un segundo acumulador de calor es el simple aumento de temperatura sin cambio de fase. Para estas aplicaciones, la capacidad calorífica específica del material de almacenamiento, así como su densidad, deben ser elevadas para almacenar un máximo de calor en un mínimo de material/espacio (capacidad de almacenamiento). Este efecto se utiliza para la climatización de edificios y su confort térmico. Para transferir bien la energía del PCM al entorno, también debe tener una conductividad térmica elevada.

Propiedades del PCM

Por tanto, los materiales de cambio de fase deben tener las siguientes propiedades:

  • una elevada capacidad de almacenamiento o calor latente por volumen. Esto se consigue cuando el calor molar de fusión es elevado y, al mismo tiempo, hay una densidad y una capacidad calorífica específica elevadas.
  • una alta conductividad térmica para un rápido intercambio de calor entre el PCM y el entorno
  • una tasa de nucleación elevada para evitar el sobreenfriamiento y conseguir el cambio de fase a la temperatura de funcionamiento.
  • un bajo cambio de volumen durante la transición de fase para evitar tensiones mecánicas en los recipientes y grietas en la fase sólida.
  • bajo coste por energía almacenada y buena disponibilidad
  • Gran estabilidad química sin descomposición, lo que permite muchos ciclos de fusión/congelación.

Los PCM pueden dividirse en dos grupos: materiales orgánicos e inorgánicos.

Ventajas de los materiales PCM

Los materiales orgánicos (principalmente hidrocarburos, aceites y grasas, pero también hidratos de carbono) tienen temperaturas de funcionamiento más bajas que los materiales inorgánicos y algunas otras ventajas, como su estabilidad térmica y química.

Desventajas de los materiales PCM

Sin embargo, las desventajas de los materiales orgánicos frente a los inorgánicos son la inflamabilidad, la capacidad de almacenamiento de calor relativamente baja y la baja conductividad térmica. Los PCM inorgánicos son principalmente hidratos de sal y sales. La mayoría de ellos tienen altas temperaturas de funcionamiento y están disponibles a bajo coste. Las desventajas son que pueden ser corrosivos y a menudo experimentan un gran cambio de volumen. Las distintas aplicaciones requieren diferentes temperaturas de funcionamiento que corresponden al punto de fusión del PCM. Las temperaturas de funcionamiento pueden oscilar entre casi la temperatura ambiente (para la mayoría de los PCM orgánicos, pero también para algunos inorgánicos, como el nitrato de litio hidratado (LiNO3*3 H2O)) y varios cientos de grados Celsius (para los inorgánicos, como las sales de metales alcalinos).

Análisis térmico del PCM

El análisis térmico es una herramienta muy potente para el desarrollo y la caracterización de los PCM:

También existen numerosas técnicas conocidas para medir la conductividad térmica, siendo el método del hilo caliente el más potente para las aplicaciones PCM. Otros métodos son las técnicas de flujo de calor y el método de destello láser. En todos los métodos de medición de la conductividad térmica, el reto particular es obtener datos fiables exactamente durante el cambio de fase de un PCM, por lo que el método rápido de hilo caliente tiene ventajas decisivas en este caso.

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