Los materiales refractarios son materiales inorgánicos, no metálicos, diseñados para soportar temperaturas muy elevadas.
A estas altas temperaturas, son física y químicamente estables y también pueden soportar el desgaste físico y la corrosión causada por sustancias químicas.
Los materiales refractarios suelen ser cerámicos y están formados por óxidos de silicio, aluminio, calcio, magnesio y circonio.
Los principales ámbitos de aplicación son las industrias del hierro, el acero y el vidrio, la tecnología energética y medioambiental y la industria petroquímica.
Los materiales refractarios se utilizan, por ejemplo, en hornos, como revestimiento de chimeneas o como escudos térmicos de transbordadores espaciales.
En algunas aplicaciones, la conductividad térmica y coeficientes de dilatación térmica del material deben estar dentro de determinados márgenes.
Por eso es importante analizar las propiedades térmicas.

En la medición mostrada anteriormente, se probaron tres materiales refractarios diferentes con LFA 1000 desde temperatura ambiente hasta 1.200 °C.
Se puede observar que todos ellos muestran inicialmente una disminución de la conductividad térmica, que aumenta a temperaturas más elevadas.
Todos los materiales refractarios tienen una conductividad térmica relativamente baja.